Alcazaba de Málaga

La alcazaba de Málaga (del árabe al-qaṣbah, قصبة, al qasbah, ‘ciudadela’) es una fortificación palaciega de la época islámica, construida sobre una anterior fortificación de origen fenicio-púnico.Se encuentra en las faldas del monte Gibralfaro, en una posición elevada pero contigua y unida al centro histórico de la ciudad, lo que constituía la antigua madina de Mālaqa, y en cuya cumbre se halla el Castillo de Gibralfaro.

Este palacio-fortaleza es uno de los monumentos históricos de la ciudad, un espacio muy visitado por conjugar historia y belleza en un mismo recinto.

ALCAZABA DE MALAGA POR FUERA

La Alcazaba que se puede contemplar actualmente es el resultado de un largo proceso histórico que podría dividirse en cuatro etapas: el periodo andalusí, del siglo x al siglo xv; tras la Reconquista a finales del siglo xv hasta el siglo xviii; el del abandono de su estructura militar y deterioro, que abarcaría el siglo xix hasta los comienzos del siglo xx; y el de su recuperación como Monumento Histórico Artístico desde la década de 1930 hasta nuestros días.

Algunos historiadores musulmanes afirman que fue el rey de taifas bereberBadis ben Habús, quien ordenó construir la Alcazaba usando para su embellecimiento mármoles, columnas y estatuas del teatro romano adyacente, pero otros estudios ponen en tela de juicio esta afirmación ya que existen indicios que plantean que, en vez de una labor de construcción se trató de una restauración de un antiguo recinto amurallado de origen fenicio.Asimismo, anteriormente a Ben Habús, la dinastía Hammudí, últimos califas de Córdoba y reyes de la Taifa de Málaga, que trasladaron durante la Fitna de al-Ándalus la corte califal a Málaga, utilizaron el recinto de la Alcazaba y sus estancias como residencia palaciega.

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